sábado, 17 de noviembre de 2012

El mar me devolvió mi corazón roto


Las historias mas insospechadas pueden escucharse en tabernas de mala muerte. Tugurios de aire irrespirable, viciado, dónde confluyen el olor a tabaco, la dulce embriaguez del ron, el penetrante perfume del mar...


Marineros, grumetes, capitanes, hombres de fuertes brazos, en los que se adivinan desdibujados por el sol, tatuajes que ilustran un vida llena de viajes, de días y noches de navegación, de tempestades y terribles tormentas en las que, voraces, las olas pretendían engullir hasta el alma más pusilánime.


Las notas de un viejo piano recorren la sala junto a las nubes de humo, acompañando los berridos y canturreos que profieren los más borrachos.



Entre los que aún no han caído fulminados por el alcohol se pasean provocadoras, las mancebas aderezadas con afeites. Sus pechos, blanco de miradas lascivas, invitan a dejarse llevar por el deseo. Su voz, susurrante y aduladora cual canto de sirena, anula la voluntad de los hombres, quienes sucumben a cambio de unos cuartos.






Al fondo, en una esquina, las sombras envuelven a un grupo de oyentes, cautivados por un interesante relato. Una voz grave, un tanto rasgada, los lleva hasta una de las islas perdidas del pacífico, donde según dicen se esconde un gran y untuoso tesoro, mas un arduo camino le espera a aquel que decida ir en su busca... 


Después de una semana sin publicar ningún post espero compensaros con estas ilustraciones de Elena Castillo. Muy a mi pesar, nunca antes había estado el bar El Viajero, es allí donde encontré un ambiente perfecto para admirar la obra de esta autora. Pude disfrutar de estos marineros y señoritas de compañía, que consiguieron inspirarme y cautivarme a un tiempo. Si tenéis oportunidad, os animo a que visitéis esta pequeña exposición!!

Aquí os dejo el blog de Elena donde podéis encontrar información acerca de sus trabajos y exposiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario