Los sistemáticos golpes de martillo eran su única compañía aquella noche en el taller. Se encontró a sí mismo negando con la cabeza, pensar en la desgracia de Camille no hacía sino acentuar la amargura con la que estaba construyendo el pequeño ataúd.
La noticia se había extendido por todo el barrio de los "bigotudos", era de lo único que se hablaba. Estaba claro que la dicha se resistía a iluminar los días de la familia Tirion. Camille no tuvo la oportunidad de conocer a su madre, pues murió unas horas después de haber dado a luz. Y su padre Agustín, más conocido por "Papá chu-chu" la había criado, intentando darle la mejor educación posible.
Si bien es cierto que Camille era algo ingenua, y la mala suerte quiso que un desgraciado se aprovechara de su candidez dejándola embarazada. Toda la ilusión depositada en aquella vida que había crecido en su vientre, se transformó en delirio cuando la muerte decidió arrebatarle a la recién nacida Lydie. El vacío pugnaba por encharcar de tristeza el corazón, pero su mente se resistía a admitir semejante pérdida. Es así como empezó a vivir de nuevo con el fantasma de Lydie. Papá chu-chu y los vecinos bigotudos desconcertados en un principio, acabaron secundando aquella pantomina para seguir viendo el brillo de felicidad en los ojos de Camille...
Recuerdo el día en el que mis padres se brindaron a traerme el cómic de Lydie que más tarde comprarían en la tienda Norma de Lleida. No ha sido un hallazgo fortuito, desde el primer momento llamó mi atención. Y después de indagar un poco en la web, no lo pensé dos veces.
Ganador de 5 premios internacionales y más de 15000 ejemplares vendidos en 4 idiomas.
¡Qué más puedo añadir! Se trata de una historia que en un principio resulta extraña, pero que acaba emocionando por la generosidad, unión y entereza que demuestran los personajes. Sin duda es una delicia tanto por el argumento como por las ilustraciones. Siendo sincera, pienso que es una de las mejores novelas gráficas que he leído. Cómo anécdota diré que hablando de ella he contagiado las ganas de leerla a amigos y a familiares y me gustaría pensar que he sembrado la semilla de la curiosidad también en vosotros.
Zidrou (Benedicto Drousie, 1962 Anderlecht) es un escritor de cómics belga. También escribe canciones para niños y trabaja desde hace tiempo en la edición de la revista Trampolín. El verdadero éxito de su obra lo ha alcanzado con El estudiante Ducobu (serie 1997-2011).
Las ilustraciones de Lydie las firma el historietista, ilustrador y diseñador Jordi Lafebre.
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